Un sensor del Internet de las Cosas (IoT) es un componente clave del ecosistema del IoT. Es un dispositivo capaz de detectar y responder a estímulos físicos como temperatura, presión, movimiento, luz y sonido. Estos sensores convierten las propiedades físicas en señales eléctricas, que se procesan y transmiten de forma inalámbrica a otros dispositivos o plataformas conectados. Los sensores del IoT tienen amplias aplicaciones en diversos campos, como los hogares inteligentes, la automatización industrial, la atención médica y la monitorización ambiental. Permiten la recopilación y el análisis de datos en tiempo real, lo que facilita la toma de decisiones inteligentes y la automatización. Con el avance de la tecnología, los sensores del IoT son cada vez más pequeños, precisos y energéticamente eficientes, desempeñando un papel cada vez más importante en la creación de un mundo más conectado e inteligente.